MODULE 3: Inteligencia emocional

Emociones: ¿cómo las reconozco y para qué sirven?

Las emociones son reacciones complejas en las que se mezclan la mente y el cuerpo.

La respuesta emocional incluye tres tipos:

1. Un estado de ánimo subjetivo (por ejemplo, me siento bien o mal).

2. Un impulso de actuar que puede o no expresarse abiertamente (p. ej., acercamiento, evitación o llanto).

3. Cambios corporales o respuestas de naturaleza fisiológica (p. ej., sudoración o frecuencia cardíaca).

                 

Durante este curso nos centraremos en el modelo DIMENSIONAL de la organización emocional, formado por:

  • La valencia afectiva (entre lo agradable o lo desagradable).
  • Excitación o activación (de la excitación a la calma).
  • Dominación o control (de lo controlable a lo incontrolable).

Ejemplo de respuesta emocional: una emoción de alegría extrema se clasificaría como: placentera, muy excitada e incontrolable




Podemos ver la siguiente figura del modelo circunflejo de Posner, Russell y Peterson (2005)

Competencias y funciones emocionales

Saarni (2000), entiende la competencia emocional como la demostración de autoeficacia para mostrar o expresar emociones en las diferentes relaciones sociales que se dan a causa de las emociones. Saarni (2000) define el concepto de autoeficacia como aquella capacidad y habilidad que posee un sujeto para alcanzar aquellos objetivos deseados. Por tanto, la autoeficacia emocional requerirá el conocimiento de las propias competencias y habilidades para gestionar las emociones con el fin de obtener los resultados deseados.

  Saarni (1997; 2000) señala una serie de habilidades de competencia emocional:

1. Percepción del estado emocional del sujeto.

2. Habilidad para descubrir las habilidades de los demás.

3. Capacidad para el uso del vocabulario emocional adecuado y adaptado al contexto cultural.

4. Capacidad de integración en el campo emocional de los demás, mediante el uso de la empatía.

5. Habilidad para comprender cada estado emocional a nivel interno y externo.

6. Capacidad para afrontar las emociones negativas mediante el uso del autocontrol, como medio de regulación emocional, tanto en intensidad como en duración.

7. Comprensión de la estructura y naturaleza de las diferentes relaciones definidas por:

a. Grado de sinceridad emocional.

b. Grado de simetría en la relación.

C. Suficiencia en autoeficacia emocional

Bisquerra y Pérez (2007, 69), plantean la competencia emocional como “el conjunto de conocimientos, destrezas, habilidades y actitudes necesarias para comprender, expresar y regular adecuadamente los fenómenos emocionales”. Por tanto, la búsqueda de la capacidad emocional de cada alumno nos permitirá dotarles de la autonomía para poder mejorar las diferentes situaciones que deben afrontar tanto en el ámbito escolar como social.

De la investigación que lleva a cabo el GROP (Grupo de Investigación en Orientación Psicopedagógica) desde 1997 en el campo de la educación emocional, en la investigación y la docencia. Bisquerra y Pérez (2007) entienden las competencias emocionales en un grupo de cinco grandes bloques: conciencia emocional, regulación emocional, autonomía personal, inteligencia interpersonal y habilidades para la vida y el bienestar. A partir de estas dimensiones se obtendría un modelo hexagonal en el que cada una de estas aristas serían las que formarían el modelo de competencias emocionales, tal y como se muestra en la siguiente figura. 


  

Del modelo de competencias emocionales de Bisquerra y Pérez (2007), vemos dos partes diferenciadas a nivel de competencias que debe alcanzar o poseer cada individuo. En este texto nos centramos en las primeras dimensiones como son la conciencia emocional, la regulación y la autonomía emocional. Esto está relacionado con aquellos aspectos que desarrolla la meditación o el mindfulness, como el aspecto personal y el estar presente en el aquí y ahora.

Conciencia emocional: la podríamos definir en base a lo que entienden Bisquerra y Pérez (2007), como la capacidad de tomar conciencia de las emociones propias y ajenas, lo que incluiría la capacidad de entender y comprender el clima emocional de un espacio determinado.

Regulación Emocional: Bisquerra y Pérez (2007) la exponen como la capacidad de un individuo para utilizar las emociones de forma adecuada en cada situación.

Autonomía emocional: se entendería como un concepto que incluiría multitud de características y elementos que se relacionan con la autogestión del individuo (autoestima, actitud positiva, responsabilidad, capacidad de valoración de las normas sociales, capacidad de buscar recursos y pedir ayuda…), este punto desarrollaría en la asignatura un acercamiento hacia la resiliencia.

Competencia social: habilidad para crear relaciones positivas con otros individuos. Para ello es necesario tener habilidades sociales, dotes de comunicación, asertividad, etc...

Competencias para la vida y el bienestar: es la capacidad de favorecer conductas responsables y adecuadas para afrontar de forma óptima los retos de la vida, tanto a nivel familiar, escolar, social o profesional, como también aquellas situaciones de carácter excepcional que en la vida se presentan. para nosotros.

  Las emociones pueden ser:

  Emociones primarias (adaptativas o desadaptativas)

Adaptativo: emoción básica, respuesta fundamental y visceral. Viene rápido y se va, muy saludable y valioso. Cuando un estudiante va a otro curso.

Desadaptativos: no son saludables. Se basan en aprendizajes previos. Perduran en el tiempo, aunque ya no exista la causa que los produjo). Ejemplo: No vales nada.

emociones secundarias. Surge de otra emoción. Son cuando la emoción central no se acepta o no se percibe. Suelen ser problemáticos y quieren ser eliminados.

Ejemplo: “los niños no deben llorar”: un compañero de clase de un niño va a otro centro (lo adaptativo sería sentir tristeza por la pérdida), pero la tristeza no se permite, entonces les da rabia y cabreo (emoción secundaria) .

Emociones instrumentales. Expresado consciente y automáticamente para lograr un objetivo. Nos permiten manipular, no solemos ser conscientes de haberlos aprendido. No son saludables cuando son abusados. Ejemplo: llanto de un niño o una niña.


De la distorsión a la calma emocional

Las dificultades a nivel emocional generan distorsiones emocionales como:

• Uno no es consciente de las sensaciones, no las percibe a nivel fisiológico.

• Desconocimiento de las emociones. Se desvían a otro nivel. Dolor de cabeza, cuello, etc.

• No exprese emociones. Consecuencias físicas, psicológicas, sociales, escolares…

• No actúe sobre sus emociones. Los identifica pero no puede expresarlos, ni actuar sobre ellos...

• Salir de control. Ira, agresividad escolar, etc.

• Se vuelve a alguna situación emocional no superada del pasado. Estrés post traumático.

• Manipulación de emociones para ganancias secundarias.


Lo que busca el mindfulness es generar mecanismos para que podamos desarrollar una mayor madurez emocional, como medio para contrarrestar la distorsión emocional. Por lo tanto, la madurez emocional consiste en:

a) Ser consciente de las propias emociones y la capacidad de aceptarlas como positivas en sí mismas.

b) Amplitud de la experiencia emocional.

c) Hacer una distinción clara entre “sentir” una emoción, “expresarla” y “actuarla”.

  Veamos dos videos para luego hacer una reflexión:  



  

 

 

  

 


  Inteligencia emocional plena

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Mindfulness puede ser el eslabón que nos permita unir los aspectos más RACIONALES con los EMOCIONALES.

Será la “herramienta” fundamental para gestionar las emociones que surgen de la propia experiencia, que permite:

● Disminuir nuestra reactividad emocional (permitiéndonos elegir la respuesta más óptima a esa emoción).

● Lograr un mejor afrontamiento de nuestros problemas personales, profesionales, escolares, etc.

● Lograr un estado único de calma y alerta que solo es posible a través de esta práctica.

Podemos entender la inteligencia emocional plena “como la gestión eficaz de las emociones mediante el mindfulness”. Es muy importante empezar a trabajar la atención plena del corazón desde la danza como medio para desarrollar y gestionar las diferentes emociones que forman parte de cada persona. Teniendo en cuenta que aprender a ver nuestras acciones con una acción compasiva y amorosa donde la acción busca un desarrollo coherente con nuestro “ser” y con nuestro entorno.

Todo lo anterior busca generar personas plenas a nivel emocional, académico, social, laboral y personal, respondiendo a las estrategias propuestas por el proyecto Dancefulness y en sintonía con los objetivos de la UE.





Última modificación: lunes, 1 de mayo de 2023, 21:09